La educación es un proceso constante, cotidiano, de carácter personal que se fundamenta en la interacción social y cultural, que se manifiesta en el crecimiento humano integral. Mediante este proceso la persona se desarrolla en todas sus dimensiones y alcanza sus expectativas de vida. La educación se adquiere mediante la experiencia diaria: en la casa, el entorno, la escuela, los medios. En este sentido, el estado, la sociedad, la familia, los medios y la escuela son los agentes educadores de las personas.

La educación escolar es hoy en día la más importante ante el caos social, el desinterés estatal, la tiranía de los medios y la crisis familiar. El proceso educativo escolar debe estar fundamentado en un conocimiento integral del ser humano en sus distintas etapas de desarrollo a fin de potencializar sus capacidades en un ambiente de rico intercambio social, científico, cultural y afectivo.

Los propósitos básicos de la educación son: facilitar el desarrollo personal de acuerdo con los intereses y capacidades individuales; despertar una actitud de permanente compromiso personal hacia la autoformación y la superación; propiciar el desarrollo de valores y actitudes que aseguren la convivencia, el respeto, la tolerancia, facilitar la construcción de una sensibilidad hacia lo edificante, lo dignificante, lo positivo del ser humano; concepción de la educación que nos permite formar un ser transformador de la sociedad.